El dolor crónico en una de los motivos de consulta más frecuente en la práctica clínica general y en Neurocirugía en particular.
El Manejo Intervencionista del Dolor se ha convertido en una herramienta clave como opción terapéutica para el tratamiento de los pacientes, siempre en el marco de un tratamiento transdisciplinario que incluye médicos clínicos, fisiatras, psicólogos, psiquiatras, nutricionistas, terapeutas ocupacionales y otros.
En el Manejo Intervencionista del Dolor el actor clave es el «enfermo activo»: aquella persona que padece un dolor crónico y participa activamente en mejorar su calidad de vida junto al equipo tratante. Este concepto se contrapone al clásico «paciente» quien esperaba que el médico resolviera todos los problemas médicos.
Las técnicas intervencionistas se hacen en ambiente de quirófano para seguridad del paciente. Son prácticas ambulatorias y con anestesia local.
Las patologías tratadas más frecuentemente son los dolores de columna lumbar, ciatalgia, dorsalgia, neuralgia del trigémino y otros cuadros dolorosos.
Estas técnicas van desde aplicación de fármacos en forma local («bloqueos»), guiados por radioscopía hasta el tratamiento con estimulación espinal o del ganglio anexo a la raiz dorsal. Estas últimas se aplican en cuadros más complejos, como dolor persistente luego de cirugía de columna, sindrome regional complejo, neuropatías periféricas, vasculopatías periféricas, dolor en muñón o en miembro fantasma, y otros.
Asimismo, se utilizan bombas de infusión de fármacos para otros tipos de dolores de columna y cuadros espásticos dolorosos.
Es muy importante consultar con el especialista para seleccionar la técnica más adecuada a su caso, en forma personalizada.